∞《创造者》,1960
El hacedor
阿里奥斯托1与阿拉伯人
无人能写出一本书。为了
让一本书真正地存在,
必要有曙光,暮色,世纪,
武器与汇聚而又分隔的海洋。
阿里奥斯托如是想,愉快地
舒缓心神,在闲暇时分
迈步明净大理石与黑松的道路,
做回那个已被梦见过的梦。
他的意大利的空气充盈着
梦幻,以众多艰辛的世纪里
烦扰大地的战争的形式
将记忆与遗忘无尽地编织。
一个军团迷失在阿奎塔尼亚2的
山谷里,被一场伏击歼灭;
那个梦由此诞生,内有一柄剑
和龙塞斯瓦耶斯3鸣响的号角。
他的偶像与军队由坚忍的
撒克森人在英格兰的果园之上
在险恶的激战中铺开,并留下了
一个有关这一切的梦:亚瑟4。
在北方的岛屿上一轮失明的
太阳将大海遮蔽,从岛上传来的
那个梦里有一个沉睡的处女
等候着她的主人,在一个火圈之内5。
谁知道是从波斯还是帕纳索斯山6
传来了那一个插翅骏马的梦
全副武装的巫师在天空中将它
驱策,深入荒无人烟的暮色。
仿佛高踞于巫师的飞马之上
阿里奥斯托看见了大地的万国
将它们翻覆的是战争的节庆
与年轻人不计后果的爱情。
如同透过一道黄金的薄雾
他看见世上有一座花园把界限
扩张到另外几处幽闭的花园
为了安赫利卡与米多罗7的爱情。
就像那些幻觉的华光炫彩
是鸦片留给印度斯坦的虚影,
贯穿《疯狂》8的种种爱情
呈现出一种万花筒般的混乱。
爱情与讽寓都不曾被他无视
就这样他梦见了,以谦逊的风格,
那座独一无二的城堡,在其中一切
(就像此生一样)皆为虚妄。
如同所有的诗人,机运或是
宿命交付给他一种奇特的境遇;
他穿行于费拉拉9的道路
与此同时也漫步在月球之上。
那些梦境的残渣,那些梦的
尼罗河留下的含混的淤泥,
正是用这物质编结起了
那座璀璨夺目的迷宫的线团,
那也是块巨大的钻石,足以
让一个人心甘情愿地迷失其间
深入靡靡之音回荡的境界,
游离于他的肉身与他的姓名之外。
整个欧罗巴失去了。凭籍
那天真与邪恶的艺术的功效,
弥尔顿才能够泣诉布朗迪马特10
的结局与达琳塔11的苦痛。
欧罗巴失去了,但别的礼物
由浩大的梦赠给了那著名的族类
他们居住在东方的沙漠里
也在装满了狮子的黑夜之中。
一位国王,每到破晓的时刻,
就把他的王后献给不可避免的
弯刀,讲述这故事的是一部
悦人的书,时光流逝而魔力犹存。
黑夜般突降的翼翅,残忍的
趾爪悬于一只大象的足下,
有磁力的山,它们深情脉脉的
怀抱将所有过往的船舶撕碎,
陆地由一头公牛背负于其上
驼起公牛的是一条鱼;驱魔的神咒,
辟邪的法宝与神秘莫测的词语,
能在岩壁上开启一个黄金的洞穴;
梦想这一切的是撒拉森一族12
他们追随阿格拉门特13的旗帜;
这一切,由裹着头巾的模糊面容
所梦想的事物,曾将西方主宰。
而《奥兰多》如今是一个微笑的
领域,它拉长那不可居住的里程
其中满是慵懒与闲暇的惊奇
仅仅是一个早已无人梦到的梦。
已被伊斯兰的艺术缩略成为
简单的学问,单纯的故事,
它仅仅是存在着,在梦着自己。
(光荣是遗忘的无数形式之一。)
透过泛灰的玻璃,又一个黄昏
不确定的光触摸着这卷册
而再一次闪耀又再黯灭的是
烫印在封面之上的另一种光芒。
荒废的客厅里那本寂然无声的
书在时光中旅行。多少黎明
被抛到了身后,还有夜晚的时辰
和我的一生,这场匆促的梦。
译注:
1、Ludovico Ariosto(1474-1533),意大利诗人。
2、Aquitania,法国西南部一地区。
3、Roncesvalles,西班牙北部一城镇。
4、Arturo,传说中的不列颠国王。
5、北欧神话中女武士布鲁因希尔达(Brynhildr)被大神奥丁(Odin)判定一生囚禁在一座城堡中,在火圈中沉睡,后被西固尔德救出。
6、Parnaso,希腊中部一山脉,希腊神话中缪斯居住之地。
7、Angélica和Medoro,均为阿里奥斯托所作史诗《疯狂的奥兰多》(Orlando Furioso)中的人物。
8、指《疯狂的奥兰多》。
9、Ferrara,意大利北部省份。
10、Brandimarte,《疯狂的奥兰多》中的人物。
11、Dalinda,同上。
12、Sarracen,罗马帝国时期叙利亚周边游牧的民族。
13、Agramante,《疯狂的奥兰多》中的萨拉森族国王。
Ariosto y los árabes
Nadie puede escribir un libro. Para
que un libro sea verdaderamente,
se requieren la aurora y el poniente,
siglos, armas y el mar que une y separa.
Así lo pensó Ariosto, que al agrado
lento se dio, en el ocio de caminos
de claros mármoles y negros pinos,
de volver a soñar lo ya soñado.
El aire de su Italia estaba henchido
de sueños, que con formas de la guerra
que en duros siglos fatigó la tierra
urdieron la memoria y el olvido.
Una legión que se perdió en los valles
de Aquitania cayó en una emboscada;
así nació aquel sueño de una espada
y del cuerno que clama en Roncesvalles.
Sus ídolos y ejércitos el duro
sajón sobre los huertos de Inglaterra
dilató en apretada y torpe guerra
y de esas cosas quedó un sueño: Arturo.
De las islas boreales donde un ciego
sol desdibuja el mar, llegó aquel sueño
de una virgen dormida que a su dueño
aguarda, tras un círculo de fuego.
Quién sabe si de Persia o del Parnaso
vino aquel sueño del corcel alado
que por el aire el hechicero armado
urge y que se hunde en el desierto ocaso.
Como desde el corcel del hechicero,
Ariosto vio los reinos de la tierra
surcada por las fiestas de la guerra
y del joven amor aventurero.
Como a través de tenue bruma de oro
vio en el mundo un jardín que sus confines
dilata en otros íntimos jardines
para el amor de Angélica y Medoro.
Como los ilusorios esplendores
que al Indostán deja entrever el opio,
pasan por el Furioso los amores
en un desorden de calidoscopio.
Ni el amor ignoró ni la ironía
y soñó así, de pudoroso modo,
el singular castillo en el que todo
es (como en esta vida) una falsía.
Como a todo poeta, la fortuna
o el destino le dio una suerte rara;
iba por los caminos de Ferrara
y al mismo tiempo andaba por la luna.
Escoria de los sueños, indistinto
limo que el Nilo de los sueños deja,
con ellos fue tejida la madeja
de ese resplandeciente laberinto,
de ese enorme diamante en el que un hombre
puede perderse venturosamente
por ámbitos de música indolente,
más allá de su carne y de su nombre.
Europa entera se perdió. Por obra
de aquel ingenuo y malicioso arte,
Milton pudo llorar de Brandimarte
el fin y de Dalinda la zozobra.
Europa se perdió, pero otros dones
dio el vasto sueño a la famosa gente
que habita los desiertos del Oriente
y la noche cargada de leones.
De un rey que entrega, al despuntar el día,
su reina de una noche a la implacable
cimitarra, nos cuenta el deleitable
libro que al tiempo hechiza todavía.
Alas que son la brusca noche, crueles
garras de las que pende un elefante,
magnéticas montañas cuyo amante
abrazo despedaza los bajeles,
la tierra sostenida por un toro
y el toro por un pez; abracadabras,
talismanes y místicas palabras
que en el granito abren cavernas de oro;
esto soñó la sarracena gente
que sigue las banderas de Agramante;
esto, que vagos rostros con turbante
soñaron, se adueñó del Occidente.
Y el Orlando es ahora una risueña
región que alarga inhabitadas millas
de indolentes y ociosas maravillas
que son un sueño que ya nadie sueña.
Por islámicas artes reducido
a simple erudición, a mera historia,
está solo, soñándose. (La gloria
es una de las formas del olvido.)
Por el cristal ya pálido la incierta
luz de una tarde más toca el volumen
y otra vez arden y otra se consumen
los oros que envanecen la cubierta.
En la desierta sala el silencioso
libro viaja en el tiempo. Las auroras
quedan atrás y las nocturnas horas
y mi vida, este sueño presuroso.
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题图:Roger Freeing Angelica,1873 油画
取材于《疯狂的奥兰多》By Arnold Böcklin
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